Cultura de la inmediatez
Dentro de una sociedad que avanza a pasos acrecentados en cuanto tecnología, mayor uso de TICS dentro del hogar y escuelas, junto con un mayor acceso a distintos sitios multimedia, han puesto en jaque el rol docente en cuanto a información entregada y a la inmediatez que, poco a poco, ha ido estableciéndose dentro del sistema, formando una vorágine presente en las redes, la cual no necesariamente es cierta.
Esto, en una primera instancia pareciere que es beneficioso en cuanto a las posibilidades para que los educandos y educadores conozcan y accedan a contenidos, pero cabe preguntarse por el rol del docente inserto en esta sociedad tecnológica. ¿Cuál será la diferencia de aprender desde un computador y aprender desde el colegio? ¿Cuál es la esencia del ser docente?
Si discutimos la estructuración de la sociedad hoy en día, observamos que la inmediatez, el llame ya es un baluarte intrínseco del mundo postmoderno y que, gracias a los avances de la tecnología social como tal, como el uso de smartphones, por ejemplo, ha ido paulatinamente permeando cada una de las esferas sociales, moldeando no tan solo actividades cotidianas, sino que también la forma en la que cada ciudadano comprende su ser individual y su rol social. Los medios digitales y la tecnología de punta, cada vez más presentes en los hogares y establecimientos educacionales han sido cruciales para la propagación explicita e implícita de esta idea. -quizás ahora mismo cuanto de nosotros estamos viendo un celular con tal de abstraer la mente por unos segundos- Basta observar las publicidades que inundan ciudades y la comunicación instantánea para poder dar cuenta aquello. Pareciere que todo está al alcance de la mano y que esto sería garantía de un desarrollo para la sociedad.
No obstante, ¿Cuál es el costo de esto? ¿Hasta qué punto es beneficioso una cultura de la inmediatez?
Si bien, los avances tecnológicos han traído beneficios a la sociedad, como se aprecia con el derribo de las barreras espacio-temporales al momento de querer comunicarse; herramientas como padlet o ¡kahoot! que permiten llevar una dinámica distinta dentro del aula, resulta inevitable el no analizar el uso de TICS desde un lente de estudiantes y no de profesores en formación. ¿De que forma la sociedad percibe la labor docente y como esta se disemina en los estudiantes?
Por ejemplo, si yo quisiera aprender un idioma, hoy por hoy puedo contratar -o piratear- manuales y cursos online. Y esto puede ser en cualquier ámbito. ¿Cuál vendría siendo la diferencia que lo aprendan con un profesor o desde el computador?
Vemos que la sociedad de la inmediatez coarta espacios de reflexión que un computador no te va a entregar. Coarta la reflexión y lo humano como tal. En el fondo, la esencia del docente, ayer, hoy y maña, no va en la transmisión de contenidos, sino que en la humanidad que se puede construir dentro del aula. La tecnología, por sí sola, no entrega emociones ni experiencias formativas en cuanto procesos de aprendizaje. Y tal como se presenta en el texto de la Unesco, la información, por si sola, es un dato bruto, la cual no posee un valor intrínseco hasta que entra en contacto con momentos de reflexión.
Lo humano daría instancias de pausas dentro de una sociedad en la que resulta cada vez más difícil hallar un momento de descanso dentro de la rutina diaria. Invitar al dialogo, observar dificultades y pasiones, junto con establecer rutas de aprendizaje son vitales para comprender la esencia de la labor docente dentro de un mundo multimedia. Y es por esto que resulta necesario resignificar el rol docente dentro de este contexto, comprendiendo el valor real del uso de TICS hoy en día; resulta necesario familiarizarse con la tecnología a la que los estudiantes pueden acceder y utilizarlas dentro del aula. Es un gesto de validación del mundo del estudiante y, a su vez, un gesto de sincretizar a la escuela con los estudiantes.
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